Clint Eastwood es uno de los
nombres imprescindibles en la historia del cine; como actor ha sido el
protagonista de películas esenciales como los spaghetti westerns Il Buono, Il Brutto, Il Cattivo (1996) y Per un Pugno di Dollari (1964), ambas
de Segio Leone, o Dirty Harry (1971) de Don Siegel. Aparte de su carrera actoral,
Eastwood empezó a dirigir películas en la década del 70, protagonizando varias
de ellas e imprimiendo un estilo particular a su cine.
De la filmografía como director de
Clint Eastwood destacan sus intentos por replantear cintas de género como Play Misty for Me (1971), Bronco Billy (1980) o Pale Rider (1985). Pero la época de mayor producción y de mayores
logros artísticos empezó con la biográfica Bird
(1988) que tiene una gran actuación de Forest Whitaker, luego vendrían
obras maestras como Unforgiven (1992)
que probablemente sea el punto más alto de su carrera, A Perfect World (1993) con un Kevin Costner en su mejor momento y
la romántica The Bridges of Madison
County (1995) con Meryl Streep. En la última década, la carrera de Eastwood
ha tenido una nueva ola de películas notables como la dolorosa Mystic River (2003), la premiada Million Dollar Baby (2004), la
ambiciosa e histórica Letters from Iwo
Jima (2006) y las menospreciadas y no menos geniales Changeling (2008), Gran
Torino (2009) y J. Edgar (2011).
Este año, el director de 84 años
nos trae Jersey Boys (2014), cinta
basada en el musical de Broadway del mismo nombre que cuenta el ascenso a la
fama del cantante Frankie Valli y su grupo The Four Seasons. Como lo hizo con Bird, la película combina la narración
dramática con momentos donde los protagonistas tienen a su cargo la
interpretación de momentos musicales.
Clint Eastwood y Frankie Valli en el rodaje de Jersey Boys. Valli fue prductor ejecutivo de la cinta. |
La estructura de Jersey Boys es convencional, con una apariencia
que siempre nos recuerda que estamos ante una película que busca ser vintage.
La fotografía se aleja de los oscuros que tanto ha usado el director en el
pasado y es por el contrario bastante iluminada y nunca natural.
Eastwood es un director artesano,
de esos que construyen la película de a pocos y que dedican trabajo a los
detalles; es alumno de las escuelas de Sergio Leone y Don Siegel que lo dirigieron
en su juventud. Desgraciadamente en Jersey
Boys se ve un intento de Eastwood por querer abarcar mucho, su fidelidad a
la obra musical hace que se aleje justamente de lo que mejor sabe hacer, es
decir usar el lenguaje cinematográfico para contar historias.
Por momentos sentimos que la
película se le va de las manos al realizador y hay muchas escenas que son innecesarias
y otras tantas que dejan tantos cabos sueltos, que la película termina siendo
un trabajo de pedazos pegados antes que una obra consumada. Otro gran
desacierto es el trabajo actoral, el cual peca de ser demasiado teatral y en
consecuencia vemos maniquíes llenos de gestos, movimientos y peinados
sesenteros que no transmiten mucho, incluso cuando hablan a la cámara.
Lo mejor de la película son sus
momentos musicales, no sólo porque escuchamos algunas de las canciones más
importantes de una época y que son perfectamente identificables, sino porque
estos pocos momentos tienen una presentación pulcra de la mano de Eastwood. La
escena final de créditos es sumamente lograda y tiene una frescura que no se ve
en las interminables casi 2 horas y medias de película.
Jersey Boys no es una mala película pero
es menos de lo que se espera de un maestro como Clint Eastwood.
3 de 5
Los actores que interpretan a los Four Seasons y Clint Eastwood. |
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