El Sueño de Walt es el inapropiado y casi
estúpido título con el que los distribuidores han traído a la cinta de Disney, Saving Mr. Banks (2013). La película
relata el proceso de adaptación a la pantalla gigante del clásico infantil Mary
Poppins, por parte de su autora P.L. Travers y el mismo Walt Disney.
Debo reconocer que mi primera
impresión sobre el film era que se trataba de una cinta familiar más de los
estudios Disney, sin embargo Saving Mr. Banks
es toda una sorpresa agradable que supera las expectativas iniciales sobre
ella.
Para empezar, Saving Mr. Banks, como toda película de Disney, apuesta por cuidar
todos los detalles de su realización, desde la dirección de arte hasta la
maravillosa banda sonora que mezcla partituras originales con las recordadas
canciones de los hermanos Sherman para Mary
Poppins (1964). El diseño técnico de la cinta funciona perfectamente, la
fotografía y la edición son notables y los adecuados para la historia.
Por otro lado, la narración de Saving Mr. Banks es convencional,
simple como corresponde a una película familiar; si bien es cierto por un lado
se relatan las reuniones creativas en los estudios Disney y por otra parte la
infancia de la misma Travers, esta alternancia de historias nunca llega a ser
complicada y responde a la moraleja que se quiere lograr con el film.
John Lee Hancock, que antes ha
dirigido otra cinta de corte familiar como The
Blind Side (2009), parece estar especializándose en estas películas que
buscan hacer sentir bien a quien las ve, que esconden detrás de las imágenes un
mensaje inspirador en el sentido más sentimental posible. Y es ahí donde Saving Mr. Banks encuentra sus puntos más
débiles, cuando se cae en un innecesario sentimentalismo, pareciera que se
obliga a querer a los personajes que vemos en pantalla, como si la realidad
tuviera que ser un poco manipulada para poder ser aceptada.
Emma Thompson está brillante como la escritora
P.L. Travers
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Los mejores momentos de la cinta son contrariamente
cuando Emma Thompson le imprime al personaje de P.L. Travers ese sarcasmo
británico que la convierte en una mujer interesante, que se presenta sin maquillaje
y que no quiere agradar a nadie más que a ella misma. El retrato que hace
Thompson de Travers es fascinante, porque la muestra como una mujer con
sentimientos controlados pero vulnerable; no podría haber una mejor actriz para
este papel, la carismática Thompson llena la pantalla, se convierte en el
centro de la historia y demuestra que incluso en una película familiar se puede
dar una actuación memorable.
Desafortunadamente, no se puede decir
lo mismo de Tom Hanks quien por el contrario se llena de clichés para hacer de Walt
Disney y apuesta casi por una imitación y no por la creación de un personaje
como lo hace Thompson.
Saving Mr. Banks es un deleite para los
cinéfilos y más aún para los fanáticos de ese clásico llamado Mary Poppins, la cinta sorprende en el
estudio de personalidad que hace de una mujer que supo poner en páginas su propia
historia y a la vez crear una de las historias infantiles más populares de
todos los tiempos. Es una película para compartir con la familia pero con un
mensaje que impresiona tanto a adultos como a niños, pero que sobretodo sirve
para ver una clase magistral de actuación a cargo de Emma Thompson.
Recomendable.
4 de 5
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