martes, 28 de enero de 2014

El Lobo de Wall Street



Una de las películas nominadas al Oscar que más está dando que hablar es The Wolf of Wall Street (2013), dirigida por Martin Scorsese. El veterano director quería filmar este proyecto desde hace varios años. Su interés era mostrar de manera desinhibida la jungla del mundo de Wall Street a través de la vida de Jordan Belfort, un joven bróker que se hizo millonario estafando a la bolsa de valores gringa.

El neoyorquino Scorsese siempre se ha interesado en presentar historias que ocurren en su ciudad natal; así como woody Allen, Scorsese tiene una fascinación por Nueva York, su gente, su historia, su modo de ser vista por el mundo, sus distintas realidades, etc.

En sus primeros trabajos como Mean Streets (1972), Alice Doesn’t Live Here Anymore (1974) o Taxi Driver (1976), Martin Scorsese mostraba una ciudad oscura, guarida de gente marginal, donde la clase trabajadora prácticamente se mezcla con lo más bajo de una urbe llena de diversidad. Más adelante en su carrera, Scorsese se sumergiría en mostrar la historia de la gran manzana en trabajos infravalorados como The Age of Inocence (1995) o Gangs of New York (2002), ambas obras magistrales del director.

En Goodfellas (1990) el director ítalo americano mostraba de modo descarado la historia de un grupo de mafiosos italianos que parecían ser los reyes de la ciudad. Pero la visión del director sobre su Nueva York querida se ha visto alimentada a través de algunas personas cuyas vidas han sido tan tumultuosas como las de la ciudad que los albergaba. La mejor de todas estas películas, quizás la mejor de toda su filmografía, es Raging Bull (1980). El Jake La Motta de Robert de Niro es un verdadero toro salvaje, un hombre que no puede controlar su vida en una ciudad que no puede controlarse a sí misma. Raging Bull  no es una película de deportes, es un estudio de personalidad, al igual que lo es The Wolf of Wall Street (2013), donde Leonardo DiCaprio termina de consumarse en el nuevo Robert de Niro del director, es decir su actor fetiche.

Leonardo DiCaprio, Martin Scorsese y Jonah Hill van al Oscar este año por este film
DiCaprio es Jordan Belfort, un joven de clase media que descubre en la venta de acciones y valores la forma de hacerse rico. La inocencia con que vemos llegar a Belfort a Wall Street nos recuerda a Ray Liotta en los primeros minutos de Goodfellas. Luego Belfort, se ve consumido por la vorágine del mercado de valores, donde todo se vende y todo se compra, el paraíso de la especulación donde solo hay espacio para la ambición. Una escena clave de la película es el encuentro entre Belfort y su primer gerente, papel que interpreta Matthew McConaughey, este último le explica al joven practicante la fórmula para el éxito. Mientras uno toma agua tímidamente, el otro bebe un Martini y aspira cocaína. El absurdo canto que es obligado a hacer el papel de DiCaprio es el rito de iniciación en este reino del exceso.

Durante las siguientes casi tres horas, veremos el ascenso, los abusos, el apogeo y el descenso del lobo de Wall Street, nombre que adquiere debido a las orgias que organiza en su empresa. La narración que hace Scorsese es ágil, mezcla distintos estilos, tiene flashbacks que nos hacen repetir momentos desde otra perspectiva, por momentos apuesta por cámaras lentas que enfatizan generalmente los efectos de los narcóticos en los protagonistas. Pero también hay escenas fugaces, como si el director quisiera que tomemos un viaje alucinógeno a través de las imágenes. La película empieza siendo narrada por el propio Belfort, luego por momentos lo vemos dirigirse a la audiencia directamente; Scorsese utiliza momentos sacados de comerciales televisivos, acompaña la narración con música moderna conocida, apuesta por mostrar todo el exceso que puede. El guion del legendario Terence Winter, es complejo, marcado por la presencia de Belfort, quien se convierte en el modelo a seguir de una generación que tiene al placer y al dinero como única divinidad.

Scorsese dirige a DiCaprio y a la bella Margot Robbie en una de las escenas más picantes de la cinta

El éxito de The Wolf of Wall Street radica tanto en la dirección atrevida de Scorsese y su magistral puesta en escena,  como en la actuación de Leonardo DiCaprio. En su quinta película juntos, DiCaprio y Scorsese han logrado una colaboración artística perfecta. En el trabajo de DiCaprio no queda nada del Jack Dawson de Titanic (1997), el actor ha evolucionado en un intérprete de muchos matices, capaz de dominar con una tranquilidad sorprendente un papel que mezcla la comedia física con la realidad. Es interesante que DiCaprio interprete a Belfort el mismo año que interpreta el rol principal en The Great Gatsby (2013), ambas cintas muestran las excentricidades de una sociedad que pareciera estar apartada del mundo. Pero ambos films son radicalmente distintos, y en ambos el buen Leo está a la altura del encargo. En The Wolf of Wall Street, el actor logra la mejor actuación de su carrera hasta el momento, es un hombre carismático, capaz de vender cualquier cosa, que en la búsqueda de sí mismo encuentra su propia perdición.

The Wolf of Wall Street es otra obra maestra de Martin Scorsese; es una película atractiva, sexy, atrevida e interesante. Después de Hugo (2011), Scorsese nos vuelve a dar una cinta para adultos, con un mensaje subliminal aterrador y escalofriante que se esconde detrás de un relato en apariencia banal o cómico. Después de todo, el director ha buscado mostrar una realidad donde el sentido de humanidad pareciera haberse esfumado como se aspira una línea de cocaína. Brillante trabajo de un genio del cine, que ha logrado uno de los mejores títulos del año. Totalmente recomendable.


5 de 5


1 comentario:

  1. Me gusta aunque dure muchísimo creo que Dicaprio ha crecido bastante como actor, lo mismo que McConaughey, yo esperaba una gran escena de Thomas Middleditch, pero no fue así. Sólo tendré que verlo en Silicon Valley.

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