jueves, 29 de agosto de 2013

La Niña del Sur Salvaje



Por fin se ha estrenado Beasts of the Southern Wild (2012), la última nominada a los Oscars del febrero pasado que no había llegado a nuestras salas. Beasts of the Southern Wild es el primer largometraje del joven director Benh Zeitlin, que ha cosechado nada más que aplausos por este trabajo. Desde su estreno en Cannes el año pasado hasta su paso por la alfombra roja del Oscar, la expectativa por ver la cinta era alta. Y hay que decirlo, esa expectativa ha sido ampliamente superada por el resultado final.

Beasts of the Southern Wild gira en torno a Hushpuppy, una niña que vive junto a su alcohólico padre en la zona más pobre de Nueva Orleans. Un lugar que recibe el apodo de “La Bañera”, porque se encuentra rodeada de agua y está separada de la zona moderna e industrial de la ciudad por una gigante muralla.

Hushpuppy vive en medio de esta miseria teniendo como mayor recurso su imaginación. Mantiene conversaciones con una madre que nunca conoció, tiene su propia casa cerca de su padre, recurre a dibujos en las paredes como fotografías de sus seres queridos y ha asumido que el mundo que conoce es el único mundo que existe. Hushpuppy representa a la inocencia del mundo, escucha los latidos del corazón de todo lo que se mueve y camina por donde puede usando tan solo su ropa interior.

Su padre, Wink, es un hombre que ha sucumbido ante el vicio pero que no se olvida de ser padre. Wink podría ser el mendigo de la ciudad pero prefiere ser el rey de su jungla, podría ser el refugiado de algún centro social pero encuentra su verdadera identidad pescando con la mano y viviendo a su manera.

La rebeldía de Wink y Hushpuppy es la característica principal del grupo de gente que vive como ellos. Son una sociedad independiente del mundo, donde cada uno pone sus reglas y la civilización no viene con marcas o logotipos industriales. Pareciera que no existen edades, ni diferencias sexuales. Por ejemplo, Wink sigue llamando hombre a su hija a pesar que sabe que es niña. Solo existe el deseo de supervivencia. Es una comunidad de cavernícolas en pleno siglo XXI. Acá no hay política, ni economía, ni Estado.

Y así como los primeros hombres del mundo, estas personas recurren a la caza y a la pesca rudimentaria para alimentarse. El padre le enseña a su hija que el único recurso para poder vivir es la salvajada y la fuerza.  Los sentimientos son importantes pero no tanto como mantener ese universo paralelo en su orden. Los habitantes de “La Bañera” no sólo desafían el concepto de civilización moderna que entendemos sino que desafían a la naturaleza misma. Viven alertas a una tormenta que saben que va llegar y destruirá esa burbuja en la que viven, pero que podrá hundir sus hogares pero jamás su espíritu.

El huracán llega, podría ser Katrina o tener otro nombre, eso no tiene importancia para los rebeldes. Y cuando llega, efectivamente destruye los precarios hogares de estas personas, el agua se apodera de todo lo que puede dentro de “La Bañera” mientras la gran muralla evita que esa agua logre llegar a la ciudad. Es en ese momento, cuando Wink y sus camaradas deciden que el mundo debe enterarse que aún tienen vida y el sacrificio de los ideales es inevitable.

Las grandes bestias negras que Hushpuppy imagina han llegado, podrían ser la clase política o la clase empresarial, pero en general representan al status quo capitalista que rige el mundo. La niña cree que vienen del polo norte porque es lo más lejano que conoce, estos monstruos se comen entre ellos y vienen para destruir la perfección del mundo. Nuestros protagonistas pasan unos días en un refugio del gobierno, pero saben que esa vida es sinónimo de muerte. Prefieren que sus cuerpos se destruyan antes de someterse a las bestias, por lo que vuelven a su jungla donde son libres. El desenlace de este cuento es doloroso pero lleno de heroísmo.

Beasts of the Southern Wild recurre a las metáforas más increíbles que nacen a partir de la mente de una niña. Para Hushpuppy la vida y la aventura son la misma cosa. El director acierta en todo momento en presentar estas secuencias de fantasía cargadas de ternura y una crudeza poco infantil. Como haría Akira Kurosawa en la poco recordada Dodes Ka Den (1971), el mundo que vemos en pantalla sorprende tanto por su indigencia como por su armonía. El modelo del sueño americano se ve destrozado por completo, los estereotipos no existen, solo vemos una selva donde animales y humanos conviven. Así como vimos en Aguirre, la Ira de Dios (1972) de Werner Herzog, la naturaleza es tan protagonista como los actores mismos.

Pero el joven Zeitlin captura toda la energía del pueblo de New Orleans, ese desprendimiento de lo material tiene como contraste ese amor por la vida, por las celebraciones, por las luces y los fuegos artificiales. La fotografía usa luces naturales, por momentos tenues y en otros de una nitidez borrosa. La división entre sueño y realidad muchas veces no existe. La música que acompaña el relato tiene como base ese jazz original de los festivales del Mardi Grass. El ritmo de la cinta fluye con una frescura que es increíble, donde hay tiempo para entender a nuestros personajes por sus reacciones, sus facciones y su entorno.

Al mejor estilo de Jean Luc Godard, Zeitlin mezcla planos cercanos con tomas lejanas, la edición rápida de sus tomas permite la sensación absorbente por parte de las imágenes. Por otro lado el manejo de sus actores es notable. La pequeña Quvenzhané Wallis lleva toda la cinta en sus hombros, con una actuación llena de profesionalismo y espontaneidad. Pocas actuaciones infantiles han sido tan logradas como esta. La nominación al Oscar estaba más que merecida. Otra gran actuación es la de Dwight Henry como su violento padre, que aporta el elemento necesario de virilidad que necesitaba la historia. Henry debió ser nominado al Premio de la Academia como actor secundario por este papel, su interpretación es superior a la de algunos de los que sí fueron nominados como Alan arkin en Argo (2012).

Es una pena que Beasts of the Southern Wild se esté proyectando de manera limitada en muy pocas salas, porque se trata de uno de los mejores trabajos que veremos este año en nuestra cartelera. La cinta tiene esa magia que solo el mejor cine puede tener, es una película emocionante, con momentos cargados de ternura, pero que sobretodo rescata lo mejor del espíritu humano. Un milagro de película.

lunes, 26 de agosto de 2013

Sigo Siendo (Kachkaniraqmi)



Sigo Siendo (2013) es el documental dirigido por Javier Corcuera que busca mostrar el amplio bagaje musical peruano. Después de una fuerte campaña publicitaria, esta cinta ha logrado lo que ningún otro documental nacional ha podido, ser presentado en varias salas de cine a nivel nacional.

No hay duda que el cine peruano está pasando por una época de mayor producción, lo cual no significa que esté pasando por un tiempo de gloria como algunos entusiastas quieren decir. Una “era dorada” del cine peruano no solo debería venir marcada por buenos resultados en la taquilla, los cuales muchas veces responden a la fuerte publicidad, sino también por trabajos de calidad que sean en forma y en fondo interesantes en un nivel cinematográfico.

Es por eso, que en este blog no compartimos esa emoción chauvinista de muchos que creen que se debe apoyar al cine nacional solo por esta razón. Sigo Siendo es un film ambicioso, no solo porque la riqueza musical peruana es tan grande que sería imposible plasmarla en un largometraje, pero también porque parte de la premisa del tributo a lo nuestro.

En Sigo Siendo, vemos distintas historias, de distintas personas que han dedicado su vida a hacer música. Tenemos una selvática que entiende el canto como una respuesta a la naturaleza, los músicos serranos que encuentran en sus violines y arpas la manera de expresar su melancolía y gente de la costa que busca manifestar su propia identidad en el zapateo y en los cajones.

Pero las personas que vemos en Sigo Siendo no son personas que hayan triunfado en la vida, en el modo capitalista del término, sino más bien gente común y corriente que dentro de la selva que es Lima y lo congestionado de la modernidad, buscan que su voz se siga escuchando.

Sin embargo, Sigo Siendo tiene varios errores. El primero es ciertamente su duración, que a pesar de tratarse de un documental es innecesariamente prolongada. Los tiempos con los que se manejan las historias, sobre todo aquellas de la sierra, son muy largos y consiguen que se pierda el interés en el relato.

Otro gran desacierto es la concentración que hay sobre solo un tipo de música andina, el film solo muestra historias de gente del centro del Perú, dejando de lado la riqueza y la alegría de la música de la sierra sur o de la sierra norte. Me parece que el director trata de introducir un elemento de crítica social dirigido hacia las heridas del terrorismo que  no es necesario. No hay duda que Sigo Siendo es un trabajo que funciona como atracción de museo para quienes viven en la gran ciudad, pero para aquellos que hemos podido vivir en algún pueblo serrano, la sensación final es que se busca asociar la identidad andina con una tristeza extrema. No cabe duda que la nostalgia es parte fundamental de la cosmovisión serrana pero no en la dimensión que busca mostrarlo Corcuera.

Y es que, el gran desacierto de Sigo Siendo es justamente esa mirada que el director le da a las historias que relata. Es de un respeto casi indiferente, no existe una aproximación comprensiva o enternecedora sino más bien académica, la cámara no se hace protagonista sino solo espectadora. La película solo relata cuentos pero al final los protagonistas siguen siendo personas ajenas, parias de la sociedad, a los cuales recurrimos únicamente para el deleite musical momentáneo pero que no hacemos parte de la realidad.

Los mejores momentos del documental son aquellos cuando la espontaneidad de la música se apodera de quienes la hacen y la bailan. Por segundos, la cámara sí se hace cómplice y podemos ver gestos improvisados, risas naturales, el verdadero sentido de la música se hace evidente aunque sea por instantes. Desgraciadamente, esos momentos en Sigo Siendo son la excepción y son presentados con un orden rígido y poco fresco.

El director busca asociar nuestra identidad musical con la historia como sociedad, para eso recurre a entrevistas a gente que vivió en la época dorada del criollismo o a los amigos de Arguedas. Pero ese eslabón con el pasado nunca se llega a concretar, por el contrario queda abierto y pareciera que la música popular actual es huérfana. Probablemente, la única historia que logra este cometido es la de los hermanos Balumbrosio, porque vemos un baile original del patriarca de la familia. Pero en los demás casos, no existe esta profundidad al origen del aprendizaje musical.

No hay duda que Sigo Siendo es un esfuerzo que hay que saludar, pero que aún se encuentra alejado de ser un documental de calidad o en todo caso un trabajo que realmente logre combinar el lenguaje del cine con la realidad peruana. Ese tufillo de limeño snob y aburguesado se puede sentir a lo largo de Sigo Siendo, a pesar del uso en gran parte de la cinta del quechua, lo cual probablemente sea lo mejor que tiene el film y que debe ser aplaudido.

Es cierto que Sigo Siendo resulta emocionante por instantes, pero no por sus imágenes sino porque la melodía que escuchamos ya es parte de nuestros sentimientos e historia. Desgraciadamente, esa emoción nunca se llega a ver plasmada en la pantalla grande. 

jueves, 22 de agosto de 2013

Como si Fueran Niños 2



Adam Sandler debe ser una de las figuras más exitosas del cine reciente. Se trata de un comediante que despierta el odio de la crítica más aguda pero que sin embargo logra atraer grandes masas a las salas de cine. Sandler saltó a la fama luego de destacarse dentro del reparto de Saturday Night Live, ese viejo nido de comediantes en Nueva York.

La primera película de Sandler fue Billy Madison (1995) donde el cómico ya mostraba los elementos que seguirían sus siguientes trabajos. Se trataba de un humor adulto, con matices políticamente incorrectos que buscan romper con las imágenes de los estereotipos del sueño americano. Es además un humorista que busca dirigirse y hablar de una clase trabajadora en oposición a una clase dominante. El propio lenguaje que usa Sandler es el de un cómico de la calle, que explota humorísticamente la vulgaridad popular adquirida culturalmente por la televisión y otros medios de comunicación.

Pero Adam Sandler es también un actor que en ocasiones busca evolucionar como intérprete y apuesta por proyectos interesantes, dentro de los cuales destacan Punch Drunk Love (2002) de Paul Thomas Anderson, Funny People (2009) de Judd Apatow y en cierta manera 50 First Dates (2004) con Drew Barrymore. Sin embargo, la mayoría de cintas protagonizadas por Sandler retoman la fórmula original de lo aberrante.

Click (2006), You don’t Mess with the Zohan (2008), Jack and Jill (2011) y That’s my Boy (2012) son en simples palabras trabajos de mal gusto que pueden conseguir una risa en algún momento pero que en general convierten a la comedia en algo grotesco.

Grown Ups 2 (2013), título original de Como si Fueran Niños 2,  es la primera secuela en la que participa Sandler y su compañía de actores. La cinta busca repetir el éxito de Grown Ups (2010) la cual mezclaba tanto el humor picante con la comedia familiar. En ambos trabajos Sandler busca atraer todo tipo de audiencia, de todas las edades y todos los gustos.

Y ese es el problema con Grown Ups 2, que busca ser muchas cosas a la vez y no consigue un resultado compacto. La fórmula de mezclar el humor masculino más descarado con cierta moraleja familiar resulta por momentos, agotadora y saturante. Es cierto que por instantes la historia consigue risas e incluso carcajadas, pero pareciera que estamos ante un film que nos tiene que hacer cosquillas para reírnos en ocasiones.

Grown Ups 2 no llega a caer en el exceso de otras cintas de Sandler ya mencionadas pero tampoco se diferencia de lo destacable del trabajo del actor. Es cierto que volvemos a ver al equipo que siempre trabaja para la productora Happy Madison, de la cual Sandler es dueño y muchos de los rostros nos resultan familiares, pero eso no es suficiente para mantener la película.

La nostalgia que era el elemento esencial en la antecesora, es dejada de lado por el abuso de gags y una historia con muy poco sentido hacia el final. Seguramente el éxito en la taquilla está asegurado dado que muchos buscan justamente entretenimiento y reírse sin necesidad de mayor argumento.

martes, 20 de agosto de 2013

Nada es lo que Parece, Línea de Emergencia y The Wolverine

El escritor de este blog se disculpa por la ausencia obligada de las últimas semanas. Con excepción de algunos de los títulos ofrecidos por el Festival de Lima, nuestra cartelera ha recibido pocos títulos llamativos aunque hay que decirlo algunos han resultado más satisfactorios de lo esperado. A continuación unas pequeñas líneas sobre tres películas que aún pueden ser vistas en algunas salas. A leer y comentar.


Now you See Me (2013)

Una de las grandes sorpresas de esta temporada ha sido esta película sobre un grupo de magos que usa la ilusión para robar bancos y confundir a las autoridades. Pero los más confundidos a lo largo de su narración son justamente los espectadores en el cine. El gran acierto de Now you See Me es esa fluidez para el relato, el cual mezcla las escenas de magia con personajes que crecen en el camino. Cada escena es parte de un rompecabezas que cada persona de la audiencia va interpretando de manera distinta. El uso de un buen reparto ayuda a que la historia sea atractiva y la concentración de la atención en todo el reparto y no solo en los protagonistas aumenta el interés en el film. Es cierto que hacia el final de la cinta, esa sencillez en el relato se va dilatando por la manipulación que se hace sobre la historia de nuestros magos, pero eso no quita mérito a una cinta que funciona bien en casi toda su duración. La mayor decepción de Now you See Me es su final, el cual carece de mucho sentido y deja cierta desazón en quien ha disfrutado de los enigmas de la cinta.

 

The Call (2013)

Halle Berry interpreta  a una policía que trabaja en la oficina de atención de llamadas de emergencia de Los Ángeles. Desde el inicio sabemos que estamos ante un personaje fuerte pero a la vez vulnerable. La situación inicial en la que vemos a nuestra protagonista nos muestra  a una mujer que cede a la presión de los nervios y las circunstancias a pesar de su profesionalismo. Es la típica figura que debe protagonizar una cinta de suspenso como The Call. Esta es una cinta de género, que sigue las formulas del cine clásico de suspenso y busca inspiración en los grandes maestros como Alfred Hitchcock o Henry George Clouzot. Es decir que busca que exista empatía entre las imágenes y la audiencia. Esto se logra generando tensión con planos centrados, escenas largas en los momentos clave, imágenes confusas que estimulan reacciones y el uso acertado de la música. Pero lo que genera la mayor emoción es el uso de situaciones que no son demasiado fantasiosas y sobretodo de personajes identificables. En este caso, tenemos una adolescente que sabemos quiere mantener su identidad en el grupo, un hombre de apariencia triunfadora que se preocupa por ayudar a otras personas y la misma protagonista que es una mujer de color, soltera, que vive por su trabajo y sigue los pasos de su padre policía. The Call logra su cometido de ofrecer adrenalina y de mantener a los espectadores al borde de la butaca. La cinta no cae en la saturación sino más bien en ofrecer momentos ordenados que atraen el interés de quien la ve. Al igual que Now you See Me, el final dejará a más de uno con varias interpretaciones en la cabeza, lo cual no necesariamente es un acierto.


The Wolverine (2013)

Finalmente, tenemos el segundo capítulo de la vida de Guepardo, el héroe más conocido de los X-Men. A diferencia de su antecesora, The Wolverine es una cinta ordenada y con una narración más lograda. En este film, vemos a un Logan que ha partido al destierro para lograr la aceptación de sí mismo, es un hombre que vive atormentado por los fantasmas de su pasado y que aún no se reconcilia con su naturaleza salvaje y especial. Es un mutante que quiere ser humano pero también es un humano que no puede vivir sin ser mutante. Pero Logan es también un soldado que no puede vivir sin una misión y que encuentra el sentido de su vida en estas batallas. Es un antihéroe con el alma de un justiciero. En The Wolverine veremos como Logan va encontrando su camino pero a través de una aventura que lo obliga a proteger a una mujer y defender el bando correcto. Lo destacable de The Wolverine, es que el director uso todos los recursos digitales y los efectos especiales para ver a un guepardo realmente vulnerable, que se muestra tal como es sin necesidad de endiosarlo o maquillarlo. Pero esto no serviría de nada si la cinta no ofreciera momentos en los cuales vamos conociendo al Logan humano, que trata de enamorarse, que siente compasión por sí mismo y que es capaz de vengar hasta a un oso amigo. La mezcla de ambos elementos hace de The Wolverine una grata sorpresa y quizás uno de los mejores títulos que nos ofrece la Marvel sobre sus legendarios personajes. Esta es una cinta que los fanáticos van a adorar pero que también puede ser disfrutada por quien no es conocedor de los X-Men. Recomendable. 

miércoles, 7 de agosto de 2013

Cuatro Notas de Amor



Está pasando casi desapercibida por nuestras salas Cuatro Notas de Amor o Quartet (2012), su título original en inglés. Esta cita cuenta con las actuaciones de destacados veteranos actores ingleses y es el debut fílmico como director de Dustin Hoffman.

La trama de Quartet (2012) se concentra en una casa de retiro para músicos en Inglaterra. En este pequeño sitio de tranquilidad, se encuentran como huéspedes, cantantes e intérpretes, que alejados de sus familias, pasan los días de su ancianidad con los miembros de su comunidad artística.

Durante los primeros momentos de la cinta, vemos como estas antiguas glorias de la música lírica y teatral se dedican a revivir sus mejores momentos con ensayos y prácticas que los mantienen activos. Todos concentrados en una noche de gala donde, al menos por unos instantes, pueden volver a sentir la juventud y vitalidad que otorgan los aplausos del público.

Quartet sustenta su fortaleza en el trabajo de sus actores. Es por eso que el director se toma su tiempo en delinear bien los perfiles de sus protagonistas. El acierto de la película, es justamente esa naturalidad para presentar a los cuatro personajes en cuyo alrededor girará el film.

Dustin Hoffman es probablemente uno de los actores más importantes de la historia del cine. Con siete nominaciones al Oscar y 2 Premios de la Academia, Hoffman es una de esas personas que entiende el cine como una forma de arte. Es conocido el profundo respeto que el pequeño Dustin siente por sus pares actores, pero este respeto nunca ha quedado más evidente que en el manejo de sus actores en esta cinta.

La experiencia de haber sido dirigido por grandes como Mike Nichols o Sidney Pollack (ambos grandes directores de actores) hace, que como director, Hoffman les permita a sus intérpretes darle identidad propia a sus papeles. El resultado es la familiaridad que la audiencia siente con las personas que está viendo en pantalla.

Quartet es una cinta que no tiene un relato complicado ni espectacular. Es por el contrario, un film que apuesta por la sencillez, que presenta al mundo artístico no detrás del telón del teatro sino detrás del telón de la vida. Sentimos empatía por la vejez que se nos presenta, sentimos emoción cuando la juventud del arte se apodera de las arrugas de estos carismáticos ancianos.

Notable el trabajo de los actores, sobretodo de Tom Courtenay y de Maggie Smith. Ambas figuras imponentes del cine y teatro inglés que interpretan a una pareja de ex esposos que se reencuentra para tener el último chispazo de vida que les queda. Maggie Smith demuestra que a sus casi 80 años sigue siendo uno de los rostros más bellos y más talentosos que ha tenido el cine de todos los tiempos.

Las melodías clásicas de Mozart, Verdi y otros acompañan casi en todo momento el desempeño de los actores. Son la orquesta perfecta para esta pieza que busca celebrar la vida. Un detalle importante es la presencia de verdaderos tenores y músicos retirados en el film.


Hay que ver Quartet porque se muestra como un oasis de ternura y simpleza dentro de nuestra cartelera.  Es una de esas películas que terminan por inspirar y que hacen que una sonrisa se apodere de quien acaba de verla. Totalmente recomendable.