viernes, 13 de diciembre de 2013

Capitán Phillips





Una de las películas que ha llamado la atención en esta temporada de premios que empieza es Captain Phillips (2013). basada en hechos reales, la cinta está dirigida por Paul Greengrass y protagonizada por Tom Hanks, quien interpreta al exigente capitán Phillips; quien tiene a su cargo un barco de carga pesada el cual debe recorrer el “cuerno africano”, zona conocida así por su peligrosidad.

El instinto del capitán Phillips, lo hace planear ejercicios de emergencia durante su viaje, cuando su barco es repentinamente atacado por piratas somalíes. A partir de ese momento, vemos en la pantalla el relato de la captura del barco, las estrategias para deshacerse de los captores y varios giros inesperados que hacen de la cinta una experiencia fílmica emocionante.

Paul Greengrass es un director que se interesa por contar historias donde personas comunes tienen que salir de su comodidad y luchar por superar una emergencia. En United 93 (2006) nos mostraba de manera impecable y ruda como los pasajeros del avión secuestrado por terroristas de Al Qaeda lograban que este no sea utilizado como misil contra algún edificio norteamericano.  En Captain Phillips, Greengrass vuelve a mostrar esa experiencia de ayuda comunitaria. Los hombres de la tripulación del Alabama, barco conducido por Phillips, son trabajadores nada excepcionales, con una vida que los espera al terminar el trabajo, “gente de sindicato” como dice uno de ellos. Como hizo, en United 93, Greengrass utiliza actores poco conocidos, con rostros comunes y alejados del glamour hollywoodense.

Al director le importa la sensación de realidad que se tiene que ver en la pantalla gigante. Para esto apuesta por una fotografía natural, por filmar en ambientes reales y por generar la acción no con grandes efectos sino más bien con el lente de la cámara. Captain Phillips no es un drama sino más bien una película de acción dramática. Y la acción se puede sentir en todo momento de la narración, sobretodo porque la película es filmada con planos cerrados, la cámara persigue a los actores, los movimientos de cámara son rápidos, la edición es marcada, se crea una atmosfera asfixiante por momentos; como si estuviéramos secuestrados junto a estos obreros marinos.

Tom Hanks y el hombre al que interpreta en la cinta, el verdadero Capitán Rich Phillips
Otro gran acierto de Captain Phillips es la presentación de sus personajes. Desde un inicio vemos como el capitán Phillips deja a su familia para enrumbarse en su trabajo, pero también conocemos a Muse, el frío y delgado somalí que será quien secuestre el barco norteamericano.

Para entender a Muse, el director nos muestra el pueblo de donde viene, el cuarto donde duerme, lo vemos tener su mirada perdida hasta que encuentra alguien o algo que lo interesa, todo el tiempo mascando una hierba que parece ser su único alimento. Muse, es el capitán de los piratas y tiene que manejar a su propia gente. Enfrenta las mismas disputas internas en su equipo, como las enfrenta Phillips quien no es un capitán carismático. La relación de Phillips y Muse es de dos líderes que tienen problemas y que tratan de engañarse el uno al otro pero que en el fondo se conocen muy bien.

Hay quienes han visto en Captain Phillips una película que muestra los efectos de la globalización. El barco Alabama, pertenece a una de las empresas más grandes del mundo y representa el capitalismo en su más clara expresión, es decir el comercio exterior que es defendido incluso por la más despiadada milicia. Mientras que los somalíes vienen de una parte del mundo que se siente ignorada, con las necesidades más básicas insatisfechas y que ve como los poderosos viajan por sus mares sin dejar nada de trabajo para ellos. El discurso social que se esconde en Captain Phillips es tan esclarecedor como cualquier documento político.
  
Póster publicitario de la película con sus dos protagonistas.

La fuerza de la película se concentra en las imágenes, que rozan con la naturaleza de un documental; pero también en el soberbio trabajo de Tom Hanks como el capitán Phillips y de Barkhad Abdi como Muse. En el caso de Hanks, el rostro de Forrest Gump es convertido en un gringo común y corriente, un navegante que sigue los procedimientos y que confía ciegamente en el sistema. La actuación de Hanks está despojada de muchos los manierismos que tiene el actor, su papel evoluciona del cansado y aburrido hombre de trabajo hacia el inteligente y humano estratega que debe negociar con los piratas. El resto de la película, el capitán Phillips es una figura capturada no solo por los piratas sino por sus propios miedos; la secuencia final del film es desgarradora y Hanks logra probablemente el momento más memorable de toda su carrera fílmica. Solo con esa última escena, Hanks se ganará una muy merecida nominación al Oscar.

El complemento del logrado personaje principal es justamente el Muse que interpreta Barkhad Abdi. Abdi hace su debut fílmico en este papel que lo muestra como el despiadado pirata cuya ambición lo motiva a secuestra barcos en la costa de su país. Muse tiene una presencia fantasmagórica pero perturbadora, sus gestos pasan de una calma casi alucinógena a los gritos violentos de un ataque de nervios. Cuando hacia la mitad de la historia, Muse ha perdido el control de sus actos, la actuación de Abdi justamente se absorbe para mostrar a un hombre que debe replantear un nuevo plan que lo beneficie. No debe sorprender que Barkhad Abdi consiga una nominación al Oscar como actor secundario, sería un justo honor a uno de los personajes más turbulentos del año.

Captain Phillips es un trabajo que acierta en todo momento, una película con una apuesta narrativa lineal y definida por la emoción. Sin lugar a duda una de las más logras películas de este 2013, que parece que termina con buenos filmes en la cartelera. Desde acá, predecimos que Captain Phillips será una de las cintas nominadas al Oscar como Mejor Película, lo cual ya es bastante razón para verla, incluso más de una vez. Totalmente recomendable.


5 de 5


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