jueves, 25 de abril de 2013

Iron Man 3



Ha empezado la temporada de blockbusters en nuestra cartelera. Durante los siguientes meses, veremos un desfile de películas que buscan atraer a las audiencias con sus fantasías de acción o con una franquicia conocida. En los últimos años las películas de Marvel han sido las grandes protagonistas de esta serie de “cintas pop corn”.

La historia de Tony Stark es conocida para conocedores y no conocedores de los comics. Iron Man se ha convertido en un héroe imprescindible de tiempos recientes. Stark no es un héroe común, es un multimillonario carismático, mujeriego, encantador, atorrante, poco cercano a la humildad de un Clark Kent o al heroísmo de un Capitán América. Por el contrario, Iron Man busca la gloria propia antes que un bien común, la justicia es más una consecuencia que un fin.

Todas estas características han sido plasmadas de modo eficiente por la actuación de Robert Downey Jr., que es un actor consumado y que ha sabido darle una figura interesante al personaje del comic. Justamente esa apariencia atractiva fue el gran logro de la primera vez que vimos a Iron Man en la pantalla grande. Iron Man (2008) de Jon Favreu era una cinta fresca, que rompía con la rigidez de otras franquicias, que mostraba que era posible que un superhéroe pueda causar simpatías y antipatías por su personalidad.

Sin embargo, en la segunda parte de la secuela ya se podía notar debilidades en el relato de la historia de Tony Stark. Iron Man 2 (2010) fallaba en mantener despierta a su audiencia, no presentaba a un enemigo a la altura del héroe pero por otro lado buscaba aproximar más a los espectadores con la intimidad del científico. Esta segunda parte también fue dirigida por Jon Favreu, que además interpreta al leal Happy en la saga.

Esta tercera entrega, Iron Man 3 (2013) repite muchos de los errores de su predecesora. La película empieza bien porque busca darle un origen a la historia que vamos a ver más adelante, como siempre sustentándose en la personalidad arrolladora del Tony Stark de Downey Jr. Sin embargo la trama se va volviendo demasiado pesada y la consecuencia de hechos siguientes parecen una serie de cortos pegados a la fuerza. Esa dualidad que busca diferenciar al creador de su obra nunca llega a presentarse de manera correcta. De igual modo, los villanos presentados carecen de la profundidad necesaria para poder hacerlos atractivos. Un desperdicio teniendo en cuenta que Guy Pierce y Ben Kingsley interpretan a Aldrich Killian y al Mandarín respectivamente.

Los aciertos de la cinta son como siempre sus escenas de acción y el uso de los efectos visuales, que siempre resultan novedosos y a servicio de la historia. De igual modo, el personaje principal adquiere cada vez más humanidad, al final de la cinta casi redentora. La historia hace bien en apoyarse en momentos de comedia que relajan la tensión de la trama.

El resultado final es una película irregular, disfrutable pero no completa en su puesta en escena. Al parecer Iron Man funciona mejor con sus amigos Vengadores que en soledad.

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