miércoles, 16 de mayo de 2012

Shame - Placeres Culpables


Placeres Culpables es el antojadizo título con el que se ha estrenado en nuestra cartelera Shame (2011), la última película del director Steve McQueen. La primera escena de la cinta muestra al protagonista de la misma con el torso desnudo y echado en la cama, con un rostro inmovible que refleja una impasividad que denota que estamos ante un hombre con problemas. Desde ese momento sabemos que la historia va girar en torno a lo que ocurre entre esas sabanas y los sentimientos que evoca Michael Fassbender.



Los primeros minutos, McQueen de manera atrevida desnuda a su personaje, nos muestra sus manías y lo presenta como un hombre preso de algo que no puede controlar. Durante varios momentos, la película se desenvuelve entre la acción de Brandon y su interacción con su ciudad Nueva York. En estas escenas no hay diálogos, ni música que acompañe las imágenes que estamos viendo. Sin embargo, se va entendiendo el instinto sexual natural que posee el protagonista.



Mientras el film va avanzando vamos descubriendo aquellas perversas costumbres que nos van revelando la adicción sexual que tiene Brandon. Lo natural empieza a convertirse en salvaje. Sus hábitos giran en torno a toda distorsión sexual, pornografía, prostitutas, sexo casual, voyerismo y demás se presentan ante la audiencia de manera descarada, sin prejuicios morales e incluso para algunos gustos de manera escandalosa.



Pero la cinta es un estudio de personalidad completo, por lo cual McQueen recurre al personaje de Sissy, la hermana de Brandon, para entender más aun a su protagonista. Así como hizo al inicio de la cinta con el papel de Brandon, lo primero que vemos de SIssy es su desnudez. El director de esa manera demuestra que no se piensa guardar nada y que la desvergüenza va estar presente en adelante.



Brandon y Sissy son dos individuos urbanos, que tienen en Nueva York la ciudad perfecta para ellos, aquella donde al parecer el pudor no es parte del ambiente. Es interesante como siempre se recurre al subterráneo para los escenarios, como quien evoca la clandestinidad que existe debajo de la ciudad. Clandestinidad además que está presente en la enfermedad de ambos hermanos.



Pero Brandon y Sissy son también dos personas totalmente dañadas, y la película los presenta de esa manera. De apariencia pálida, con emociones distorsionadas, que esconden una tórrida historia que los ha convertido en los fantasmas que son. Porque si bien es cierto la historia nunca muestra cual es el pasado que ha convertido a ambos en lo que son, el momento en el que Sissy canta New York, New York refleja que ha existido un punto de quiebre o quizás varios en los pasados de los dos que los cambió totalmente. Esto también puede verse en la escena en la que ambos están viendo dibujos animados en televisión, los cuales aparecen borrosos, como si su infancia fuera igual de confusa.



El clímax de la cinta viene cuando la enfermedad de Brandon se descontrola y lo vemos buscando placer ante su propia incapacidad de tener sentimientos reales. La degeneración a la que llega es impresionante, lo obliga a encerrarse en sí mismo, trae consigo heridas en su rostro y concluye con la desgracia de su hermana. Al ver estos momentos recordaba mucho la actuación de Ray Milland en The Lost Weekend (1945) del genial Billy Wilder, donde el director con planos encerrados nos mostraba el laberinto de la adicción al alcohol que tenía su actor.



En el caso de Shame, la brillante actuación de Michael Fassbender como Brandon está acompañada de esa misma atmosfera intoxicante, llena de luces citadinas y largos planos que acompañan los movimientos del actor. En el papel de Sissy, Carey Mulligan también muestra una excelente actuación, demostrando que su notable actuación en An Education (2009) era solo el inicio de la que creo será una de las carreras más interesantes del futuro.



A ambos actores los vemos entregar el alma en la cinta, pero sin caer en la exageración sino en una naturalidad fría que ameritaban los personajes. El trato que McQueen le da a sus actores y en general a toda la cinta recuerda mucho a un John Cassavettes en sus mejores momentos como Faces (1968) y sobretodo A Woman Under the Influence (1974). Así tenemos escenas en las que el lente se distorsiona a propósito y donde los close ups juegan un rol fundamental para crear el ambiente de la narración.



Aunque creo que la cinta tiende a perderse por momentos, sobre todo al final cuando vemos el deterioro final del protagonista. Me parece que el resultado final es una cinta que cumple con su propósito, el cual es mostrar una adicción que es tanto enfermedad personal como de una sociedad. El final de la película hace el intento de ser redentor, pero el director acierta en dejar a la audiencia con la duda sobre el futuro de Brandon.



Para muchos Shame será una película fuerte que puede herir susceptibilidades, pero sin lugar a dudas esta entre lo mejor que se ha estrenado recientemente. La vergüenza a la que hace alusión la traducción del título en ingles está presente a lo largo de esta película que solo es apta para mayores de edad.



1 comentario:

  1. Me parece que es una película que refresca nuestra cartelera. Además, veo interés en la gente por ir a verla, ya que la película en sí es buena.

    Analizando la película, el tocadiscos y los dibujos animados (a parecer en blanco y negro) me hacen pensar que el pasado ha influenciado bastante en el desarrollo de los hermanos protagonistas,especialmente por el carácter obsesivo que éstos tienen; y el hecho de que quede en "misterio" ese pasado me parece que favorece el desarrollo de la trama al desinteresarse de asuntos que no la enriquecen.

    Buena crítica. Espero la de Drive, creo que es la mejor presentación de Ryan Gosling del 2011.

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